Newell's, un equipo perdedor

La nefasta racha en condición de visitante ahora se trasladó al Coloso. Ya no alcanza con que la gente colme el estadio un lunes a las 7 de la tarde. Ya no alcanza con los cambios tácticos que propone De Felippe. Ya no alcanza con tener a Formica de titular, ni habiendo convertido. Ya no alcanza ni estando arriba en el marcador. Ya no alcanza el saber que el rival venía de un viaje extenso a Colombia y llegaba diezmado en lo físico. Ya no alcanza…

Como en los primeros tres partidos de la Superliga, Newell's volvió a pecar de ingenuo y recibió dos tantos en contra. La semana pasada remarcamos que siempre arrancaba 0-2 cada encuentro e increíblemente hoy se repitió la historia.

Con el 1-0 a favor y un Atlético Tucumán que tambaleaba en el césped del Marcelo Bielsa, todo parecía estar a merced del rojinegro, pero otro descuido en la vía aérea mandó a los equipos igualados a los vestuarios.

Cualquier defensa debe saber que Mauro Matos, con 36 años, se mantiene jugando en Primera División por su excelente cabezazo, y más Fabricio Fontanini, que fue compañero suyo en San Lorenzo. Pero el central leproso otra vez dio ventajas y a cobrar. Para colmo, Leandro Díaz le ganó la espalda en el segundo gol y sentenció el pleito para los tucumanos.

Lo que todos vemos desde afuera lo reflejan las estadísticas: Newell’s es el equipo que más perdió en el año. Disputó 19 cotejos y, con la caída ante los tucumanos, acumuló su 11° derrota en lo que va del 2018. Son números inviables para un elenco que pelea la permanencia.

Por momentos, parece un equipo desalmado. Carece de ímpetu, fuego sagrado y rebeldía, valores vitales para sobreponerse ante la adversidad. Por el contrario, le sobra apatía y derrotismo.

Solamente puede rescatarse la firmeza de Callegari, el tesón de Bernardello y el tanto del Gato. El panorama es preocupante, aunque lo cierto es que el torneo dará revancha por el flojo nivel de los rivales directos. El sábado, Newell’s afrontará una prueba de carácter ante el mismo contrincante (Atlético Tucumán, esta vez, por Copa Argentina) y es necesaria la victoria para modificar su oscuro presente.