Recordando a Cucurucho


Según la Real Academia Española un ídolo es una persona o cosa amada o admirada con exaltación. Se lo puede llamar, también, héroe, efigie, santo, o tótem. Sin embargo, cuando uno habla de ídolos en Newell’s las palabras y definiciones sobran. Hoy se cumplen 5 años de la partida de un gran ídolo de la historia leprosa y repasamos su colosal desempeño con la rojinegra.

El 7 de marzo de 1971 se jugó la primera fecha del Torneo Metropolitano, partido que Newell’s le ganó a Racing por 3 a 2 en el Parque Independencia. Pero lo que la gente no sabía era que lo más importante no sería el resultado, sino el nacimiento de un nuevo ídolo. Al minuto 75 del complemento, el brasileño Heraldo Bezerra se disponía a salir del campo de juego y le dejaba su lugar a un pibe de 19 años que jugaba de extremo. Recostado como wing “a la antigua”, con destacada velocidad y maravillosa técnica, Santiago Santamaría hacía su debut con la camiseta rojinegra.

Un día, durante un entrenamiento, su compañero y amigo, un tal Mario Zanabria, lo bautizó “Cucurucho”, por su delgada contextura y el gran tamaño de su boca. Junto a Alfredo Obberti, los tres formaron uno de los ataques más recordados en la historia leprosa. El 5 de septiembre de 1971, contra Banfield, Cucurucho haría su primer gol vestido de rojo y negro. El primero de 90, que lo convertirían en el segundo máximo goleador de nuestra historia, detrás de Víctor Rogelio Ramos.

Si hay algo que lo hizo ídolo a Santamaría fue el clásico. Cucurucho no sólo es el jugador que más disputó ese tipo de partidos, sino que es quien más goles le convirtió, con un total de 9 en 27 encuentros. Fue uno de los grandes artífices y partícipes de nuestro primer título, logrado en el Metropolitano de 1974 y en cancha de ellos. Nos dio la primera estrella, como así también momentos inolvidables.

Momentos como el clásico del 7 de marzo de 1982, por la quinta fecha del Torneo Nacional. Aquella tarde, en el por entonces futuro Coloso, Cucurucho debía patear un penal. Se lo atajaron, y la hinchada visitante osó a dedicarle cargadas por el hecho. Pero el arquero se había adelantado, y el wing tuvo revancha. Lo convirtió y fue corriendo a toda velocidad hasta la parcialidad rival, se paró de cara a ellos e inmortalizó el festejo con un “corte de mangas” dedicado a todos los que lo habían gozado. Y como si no hubiese sido suficiente, en el segundo tiempo tomó un tiro libre cerca del área, sentenció el 2 a 1 a favor de Newell’s, y volvió a repetir el festejo de cara a ellos. Inolvidable.

Su alto nivel lo llevó a disputar el Mundial de 1982 con la Selección Argentina, como así también pasó por el Reims de Francia entre 1974 y 1979, y posteriormente por Atlético Junior de Barranquilla, brevemente en 1983. Pero su corazón siempre estuvo en Rosario, siempre estuvo en el Parque Independencia, donde volvió en 1979. Fiel al sentido de pertenencia que caracteriza a Newell’s, llegó a rechazar grandísimas ofertas de Boca, River y otros grandes clubes, porque, según él, para el único equipo que era feliz jugando era Newell’s Old Boys. Cuando estaba en Francia, Armando (Alberto, presidente de Boca por aquel entonces) lo fue a buscar para llevarlo al xeneiza, y él dijo que no. Sus amigos enojados le decían ‘Pero vos sos loco, ¿cómo no vas a ir a jugar a Boca?’. Y respondía: ‘El loco sos vos’.

Santiago Santamaría nació en San Nicolás de Los Arroyos un 22 de agosto de 1952, vivió 60 años, y se fue a causa de un paro cardiorrespiratorio el 27 de julio de 2013, días después de nuestra última conquista, casi como soltando un último suspiro de gloria. Fue declarado Deportista Distinguido por el Concejo Municipal de la Ciudad de Rosario el 30 de septiembre de 2013 en un acto llevado a cabo en las instalaciones del club.

Sinónimo de ídolo y de grandeza, su leyenda siempre se mantendrá viva. Porque Cucurucho es una estrella que brilla fuerte en el colosal firmamento del cielo rojinegro.

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.