Malvinas: de Newell´s al mundo
Antes que Malvinas sea la escuela de fútbol infantil que todos hoy en día conocemos, era una vía de tren, por allí pasaba el ferrocarril. Allá por el año 1981 este proyecto lo inició José Vivas, padre de Claudio Vivas (ayudante de campo de Marcelo Bielsa en la Selección Argentina, entre tantos otros equipos) ya que tenía un cargo en el ferrocarril y a partir de ciertas tratativas, y a través de mucha lucha, logró conseguir el predio. Quitar las vías de tren, los durmientes (en la actualidad son los que funcionan como tablones en las tribunas), y remover todas las piedras que se encontraban al costado fueron las primeras medidas que se tomaron para empezar a construir el predio que tanto deseaban. Es decir, se realizaron obras de limpieza primero que nada con la colaboración de muchos padres que ya deseaban que sus hijos pertenezcan a la escuela de fútbol.
El primer partido con el cual se inauguró la escuela de fútbol infantil Malvinas se realizó el 25 de mayo de 1982 en la cancha uno (en la actualidad lleva esa numeración). Con el correr del tiempo se construyó la dos. Unos dos años después se consiguió el predio que se encuentra en frente.
Ya a fines del año '82 comenzaron a realizarse torneos internos como por ejemplo “Cuna de cracks”, organizado por “Cacho” Di Fiippi, en el que participaban equipos de Rosario y alrededores. Entre 1983 y 1984 comenzó a formarse en Malvinas el primer jugador que llegaría a Primera División surgido de la escuela de fútbol: el “colorado” Oyarbide.
Comienza la década del '90, etapa gloriosa y de las mejores de la historia, por no decir la mejor en cuanto a logros. “El Newell's de Bielsa”, sin dudas, que quedará marcado a fuego en el corazón de cada leproso, y ese hambre de gloria, ese sentido de pertenencia que pregonaba la Primera División continuaba trasladándose a todas las divisiones inferiores, inclusive Malvinas, que continuó formando grandes jugadores que serán mencionados a lo largo de la nota.
Es un tanto incómodo y engorroso quizás hablar o contarles aquello que he recopilado acerca de lo sucedido a partir de la asunción del ex presidente Eduardo López ,así que seré breve y escueto. Los primeros años transcurrieron con cierta normalidad en cuanto al funcionamiento de la escuela de fútbol, luego Malvinas no fue la excepción sino una víctima más del vaciamiento institucional que provocó aquel gobierno. Desde la falta de redes, pelotas, luz para jugar de noche, cables sueltos que pasaban a centímetros de la cabeza de los chicos mientras jugaban, hasta un estado general de precariedad que presentaban las instalaciones en su conjunto (sanitarios, buffet, enfermería, entre otros) eran claros signos de una decadencia muy marcada en comparación a lo que se había logrado en un primer momento con tanto amor, trabajo y esfuerzo. Valía destacar en algunas palabras esos 14 años nefastos de la historia de Newell's que también, vuelvo a repetir, fueron sufridos por la escuela de fútbol infantil.
A partir del 2009 ya tomó el mando de Malvinas con el cargo de coordinador general un ex jugador leproso, ídolo, gloria de nuestra institución, el señor Ariel Cozzoni, o “la chancha”, como prefieran llamarlo.
Una línea muy clara que se ha adoptado en Malvinas, tanto coordinadores como los técnicos de diferentes categorías, es volver a tomar el fútbol como actividad lúdica, y de esa manera, a corto, mediano o largo plazo, se terminan logrando los resultados que se obtienen consecuencia de un trabajo. Sin dudas que se prioriza la técnica, se perfeccionan movimientos y se mantiene un estilo que fue el que siempre caracterizó a Newell's, es decir, se trabaja para dar un salto de calidad pero sin olvidar que son niños y que deben divertirse por sobre todas las cosas.
Desde el propio predio, quienes lo comandan, sostienen que su trabajo, el de los colaboradores, el de los técnicos, es decir, de la escuela de fútbol en su totalidad, va más allá de ganar un torneo de fútbol infantil. Un claro mensaje que envían los protagonistas de formar a los niños para el futuro, es, textualmente, el siguiente: “Nosotros nos vamos a sentir realizados, y no sé si lo vamos a llegar a ver, el día que un equipo entero de la Primera División forme con todos chicos que hayan pasado por Malvinas”.
Nobleza obliga nombrar algunos niños que venían a divertirse con la pelota y han pasado a ser jugadores profesionales de fútbol en Newell's como Kurt Lutman y el Pitu Melgarejo (categoría '75); Diego Crosa ('76); Lucas Bernardi ('77); Leonel Scaloni y Diego Quintana ('78); Fernando Crosa ('79); Sebastián Domínguez ('80); Maxi Rodríguez ('81); Nicolás Spolli ('83); los hermanos Guillermo, Lautaro, Mauro y Dante Formica (categorías '81, '86, '88 y '90, respectivamente); Billy Rodas ('87), compañero y amigo de Lionel Messi, el mejor jugador del mundo que no tuvo la chance de debutar en Primera División con Newell's, pero es sin duda un orgullo de Malvinas.
Lionel Messi, un chiquito rápido y habilidoso que lo mandaban a jugar con la categoría '86 por la diferencia que sacaba, es decir, jugaba con chicos más grandes que él, mostrando ya sus dotes desde pequeño.
Sábado tras sábado se organizaban asados, reuniones con los coordinadores, técnicos, padres y niños que jugaban aquí, en Malvinas, dejando bien en claro el sentido familiar que se le adjudicaba, transcurriendo tardes enteras ahí mismo, en fin, “la segunda casa” como muchos lo suelen denominar.
De más está mencionar que todos los jugadores nombrados anteriormente fueron partícipes de todas esas tardes inolvidables en el predio ubicado en Zeballos y Vera Mujica.
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