Atilio Badalini, un goleador de raza

Atilio Badalini en el Parque. Brilló en Newell's Old Boys, donde convirtió 112 goles.
Atilio Badalini llegó a Rosario en 1915 consagrándose centro delantero internacional. Nació el 12 de mayo de 1899 en la ciudad de Santa Fe. Arribó a la Ciudad para desempeñarse en el Club Gimnasia y Esgrima, y en 1917 pasó a las filas del querido Newell's Old Boys donde jugó hasta 1926. Es el segundo máximo artillero histórico del club con el registro de 112 goles. Obtuvo las Copas Vila de 1918, 1921 y 1922, la Copa Ibarguren 1921 y la Copa Estímulo 1925. En el año 1920 integraba las listas de Comisión Directiva del club como vocal en la agrupación de Don Víctor Heitz y el señor Hermenegildo Ivancich.

Cursó sus estudios superiores en la Escuela Industrial de la Nación de la Ciudad de Santa Fe. La cultura adquirida hizo que su don de gente sobresaliera, "que hacía grata y amable su convivencia en los círculos de su actuación". (1) Atilio Badalini de pequeño comenzó a practicar fútbol junto a los hermanos Ernesto y Adolfo Celli en el campito, las bases de lo que más tarde sería el Club Atlético Colón de Santa Fe. Adolfo Celli y Atilio Badalini sin dudas que supieron capitalizar sus cualidades humanas y futbolísticas brindándole a Newell's Old Boys el impulso que necesitaba el club para reemplazar a los veteranos que seguían en el once titular. No sólo eso, una vez culminadas sus carreras futbolísticas ambos siguieron ligados a Newell's como si hubieran nacido en el Parque mismo. Demostrando que aquello que llamamos sentido de pertenencia no es exclusivo para quienes surjen en el club. En todas las épocas ha habido Lepras que lo dejaron todo por la institución. No es de ahora.

El 29 de marzo de 1914 se disputó el match semifinal por la Copa Ibarguren en el field de la Lepra. Cuenta Cipriano Roldán que esa tarde "despierta poco interés la presencia de Colón de Santa Fe. El campeón capitalino no ofrece la seguridad de un buen espectáculo. Lucha deslucida. El team rosarino ejerce dominio absoluto. Vence por el amplio score de 8 a cero (0). Dicen los diarios al día siguiente: Fué una hora y media de aburrimiento". Esta fue la primera vez que ambos equipos se enfrentaron en la historia del fútbol.

Cualidades superlativas de Atilio Badalini. Triunfó en Newell's Old Boys, en la Selección Rosarina y en la Selección Nacional. Recorte de la "Historia del Fútbol Argentino".
"Vistiendo la casaca de Colón se ha presentado por primera vez en el escenario que será testimonio de sus resonantes éxitos, Atilio Badalini. No ha cumplido todavía los 18 años. Es ya un jugador de estimables cualidades. Por eso el club Argentino, que le ha puesto el ojo, bien pronto logrará  su concurso. Con Badalini vendrán los Celli [Adolfo y Ernesto]. No tardará mucho en que los tres, notables valores de una época floreciente, acrecienten sus virtudes defendiendo la divisa de Newell's Old Boys. No pocos futbolistas provenientes de Santa Fe, hallarán en Rosario campo propicio a su más amplia consagración". (2)

Atilio Badalini supo dirigir los ataques de Newell's. Sus cualidades, potencia y goles lo llevaron a conducir las ofensivas de la Selección Nacional en el Sudamericano de Chile 1920. Junto a Gabino Sosa, los hermanos Julio y Humberto Libonatti, Blas Saruppo y Juan Francia consagraron al fútbol rosarino en las tradicionales bregas frente a porteños y uruguayos. Jornadas gloriosas del fútbol rosarino enfrentando a cuadros poderosos rioplatenses. Cumplió 9 partidos marcando 5 goles para la Selección Nacional. El 1 de octubre de 1916 Badalini jugó su primer partido para la Selección: enfrentó a Uruguay en Montevideo en el marco de el Gran Premio de Honor Uruguayo. Triunfo 1 a 0 de Argentina con gol de "El Gringo". Su segundo partido lo disputó el 7 de septiembre de 1919, sí, leíste bien, 3 años después de su debut. Esta vez fue derrota 1-2 frente a Uruguay en Buenos Aires por la Copa Lipton, y Badalini anotó el único gol argentino. A partir de allí sus compañeros de Newell's, Julio Libonatti, Adolfo y Ernesto Celli, fueron haciéndose habituales en el once de la Selección. El 25 de septiembre de 1920 en el partido frente a Brasil en el Sudamericano de Viña del Mar, Badalini salió como capitán del once nacional, pero no pudo marcar goles. Su último partido con el combinado argentino fue el 17 de diciembre de 1922 en el viejo estadio de Sportivo Barracas por la Copa Newton frente a Uruguay. Fue empate 2 a 2, y los 2 goles de la Selección los convirtió "El Gringo".

"Badalini encabezando un recio avance sobre la valla defendida por Tesoriere", Rosarinos 1 Porteños 0, 1922. Foto y leyenda de la revista "Caras y Caretas".
Temible centre forward, de buena pegada, y certero cabezazo. El "Gringo" era de estatura mediana y jugaba encorvado, con los brazos abiertos. Fue un futbolista inteligente y un verdadero conductor de ataque. Sabía organizar el juego y poseía una muy buena pegada, así se lo describió en la década del 1950 en las páginas de la revista El Gráfico.

La Copa Doctor Carlos Ibarguren era "disputada por los campeones de los torneos más fuertes que tenía el país por aquellos años: los de la liga de Bs.As., representados por la Asociación del Footbal Argentino y sus predecesoras, frente a los de la Liga Rosarina".(3)

La edición 1921 se jugó el 29 de enero 1922 en el viejo estadio de Boca Juniors en Dársena Sur. Esa tarde el marco de aficionados fue excepcional.

"Desde el comienzo del partido el conjunto rojinegro ejerció una notable supremacía futbolística sobre su rival. La gran figura de la cancha fue Atilio Badalini, que doblegó en dos oportunidades al arquero quemero. Luego antes de la culminación del primer período, Julio Libonatti anotó el tercero. En el complemento Newell's logró mantener la ventaja, sin pasar demasiados sobresaltos, sellando así un holgado y merecido triunfo, que le permitió alzarse con el prestigioso trofeo. La victoria fue motivo de algarabía entre los hinchas leprosos, que festejaron fervorosamente la conquista". (4)

Atilio Badalini conecta de cabeza el corner enviado por Libonatti. 2do gol de Newell's. Postal del estadio de Boca Juniors de Dársena Sur. De fondo la usina de la compañía Ítalo Argentina de Electricidad.

“Gran match de foot-ball”, anunciaban por toda la ciudad en diciembre 1925. La selección brasileña se encontraba en el país en el marco del campeonato sudamericano. Y programó disputar un encuentro contra Newell's Old Boys. El lunes 20, pese a la intensa lluvia, el Parque se desborda de leprosos dispuestos a alentar al conjunto más popular de la Ciudad y del Interior todo. 

A los 15 minutos del complemento la Lepra perdía 2 a 0. El conjunto local comenzó a soltarse y desplegó una presión motivada por la ensordecedora euforia del público rojo y negro. Primero a los 30 minutos y luego a los 33, Atilio Badalini conquista el empate leproso "para delirio de la hinchada newellista".

Newell's Old Boys 1925, equipo que empató 2 a 2 con la Selección de Brasil. Parados: Gabriel Pezzuti (Botiquín), Alfredo Chabrolín, Ángel Rizzi, Enrique Vogler, Florindo Bearzotti, Carlos Morelli y Filedolfo Salcedo. Agachados: Arturo Ludueña Chini, Vicente Aguirre, Atilio Badalini, Humberto Libonatti y Manuel Morosano.

En 1926 Badalini disputó su última Copa Vila con la gloriosa casaca de Newell's Old Boys. Lentamente fue siendo reemplazado por Agustín Peruch, delantero sin igual, con características de velocidad y gol, elegancia y potencia, predilecto de la hinchada. Pero al principio Peruch no rendía como se esperaba. Y fue reubicado como wing derecho. Eso le dio oportunidad a Badalini de continuar en el once titular. Cuentan que con los años Badalini reconocía su error de haber pensado que "teniéndolo a un costado de la cancha, le pegamos un empujoncito, y lo sacamos del cuadro". Así cuentan que lo reconocía. Peruch resultó ser un formidable wing y quien terminó cediendo el puesto fue el querido Gringo. Cosas del fútbol. Así todo en aquella Copa Vila 1926 Badalini convirtió 14 goles en 22 partidos disputados. Su último gol en Newell's lo convirtió el 7 de noviembre en el triunfo leproso frente a Riberas del Paraná.

Una vez retirado de la práctica de fútbol Badalini se graduó de perito mercantil. A pesar de ello, no ejercía, sino que se quedó en el Parque como canchero. Cuidaba la cancha en la que brilló en su esplendor de juego y goles. La silueta de El Gringo en innumerables tardes de fútbol quedó grabada en la retina de los leprosos.

El 3 de septiembre de 1953 dejó este mundo a raíz de un síncope cardiáco. Atilio Badalini se iba del Parque a los 54 años. Serán acaso aquellos rincones del verde césped donde supo desplegar sus magistrales embates frente al arco rival los que lo siguen extrañando. O quizás la gramilla del Parque, que aún espera una pasada del Gringo con el tractor Fordson oxidado. Tal vez acaso entre tabaco y hesperidina las risas del buffet del Parque lo siguen añorando. Pero es en el recuerdo vivo de la afición de Newell's Old Boys donde sus goles, su magia, y su clase siguen latentes. Allí nosotros rendimos un sentido homenaje a quien supo defender al querido Newell's Old Boys, y representarlo en innumerables encuentros internacionales. Para muchos cronistas, o nostálgicos diríamos, Badalini jugó en un época que nos la hacen ver como la época de oro del fútbol. Los años '20, idealizados por el amateurismo desinteresado, o perseguidos por la cajita de fósforos y lo que se dio en llamar "amateurismo marrón". Años de sospechas, soborno y traiciones. Esa es otra discusión. Lo que sé está claro, es que la calidad y prestancia de los futbolistas invitaban a soñar, y contagiaban. La euforia de aquellos días sentó las bases de la pasión que vivimos hoy. "Laurel triunfal que es el causal de mi alegría", y un Parque desbordado de lepras, para verlo una vez más, conduciendo un ataque roijinegro al querido Gringo Badalini, para que Newell's Old Boys se corone.

Y no te olvides amigo leproso, el Gringo Badalini tenía la particularidad de llegar a Newell's para reemplazar nada menos que a Manuel Lito González. Formidable artillero que marcó 160 goles con la gloriosa, aún hoy sigue siendo el máximo goleador del club. Y al igual que Lito, Badalini continuó ligado al querido rojinegro. Y serán esos caprichos del destino, o simplemente coincidencias, pero en un año, 1953-54, Newell's perdió a los dos ases. Tamaños esfuerzos para enaltecer a la institución quedan registrados para que sigamos aprendiendo y construyendo el club glorioso que todos soñamos. Newell's cada día más grande. ¡Salud Gringo querido!


Atilio Badalini y su fiel compañía en el Parque. No se fue de Newell's. Foto Revista El Gráfico año 1937.
 
Newell's Old Boys el Club de las grandes tardes de Atilio Badalini. Recorte de la "Historia del Fútbol Argentino".


(1) Texto extraído de diario "El Litoral", ciudad de Santa Fé, septiembre 1953.
(2) Texto extraído de "Anales del Fútbol Rosarino", Cipriano Roldán 1959.
(3) Texto extraído de ElRojinegro.com
(4) Texto extraído de Historia del Fútbol Rosarino


El Gringo Badalini "llevando la semilla" al campo del Parque. Detrás, la Tribuna del Palomar contempla las idas, vueltas, pasadas y pasadas para tener en condiciones el terreno internacional. Foto revista El Gráfico, año 1937.

Atilio Badalini solía estar a cargo del buffet que funcionaba dentro del Club Atlético Newell's Old Boys. Foto de la revista El Gráfico.

Equipo Newell's Old Boys que le ganó 7 a 1 a Belgrano de Rosario por las semifinales de la Copa Estímulo 1925.
El partido se disputó el 6 de enero de 1926, y los goles leprosos fueron de Vicente Aguirre x 3, Atilio Badalini x 3 y Humberto Libonatti. 4 días más tarde el mismo equipo disputó la final del torneo frente a su clásico rival en el Parque. El triunfo 3 a 1 le dio el título a Newell's Old Boys. Arriba: Florindo Bearzotti, Ramón De la Torre, José Franzetti, Filedolfo Salcedo, Carlos Morelli y Alfredo Chabrolín. Abajo: Arturo Ludueña Chini, Vicente Aguirre, Manuel Morosano, Humberto Libonatti y Atilio Badalini

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